martes, 24 de marzo de 2015

Cadete A Preferente, victoria 1-3 y de vacaciones de Semana Santa

 
Celtic Castilla A  1-3  Cadete A
 
Era un partido muy importante, los de abajo iban a sumar puntos, ya que jugaban entre ellos y el Celtic Castilla tan solo nos sacaba un punto, era muy importante el sumar 3 puntos para meter a un equipo mas ahí en la pelea y irnos de vacaciones de Semana Santa con margen y un poco de tranquilidad.
Comenzamos bien, tuvimos alguna ocasión clara, pero fueron ellos los que se adelantaron en el marcador ya en el descuento del primer tiempo y nos fu...imos al descanso perdiendo.

Hablamos en el descanso que el equipo tenía que intentarlo, que había que dejarse la piel, que podíamos levantar el partido.
Empezamos muy bien, tuvimos 2-3 claras y por fin empatamos gracias a un gol de David de cabeza, tras un centro de Arias.

Seguimos atacando y marcamos 2 goles seguidos. Becerra y después Edu nos pusieron 1-3 a falta de 15 minutos.

Tuvimos un penalti que fallamos. Lo nuestro este año con los penaltis es caso aparte.
Hicimos una de las mejores segundas partes de la temporada, demostrando que cuando el equipo cree en si mismo y todos nos dejamos la piel en el campo, los resultados llegan.
Ganamos también el gol-average, que será importante.
Quedan 6 partidos, 18 puntos en juego, estamos 4 puntos por encima del descenso y parece que hay 6 equipos que pelearemos por no ser uno de los equipos que descienda, porque al parecer los 3 de abajo ya lo van a tener muy difícil para salir de ahí.

Hemos sumado ya 4 puntos más que en la primera vuelta, faltando aun 6 partidos.

No va a ser fácil, pero dependemos de nosotros mismos y sin duda intentaremos cumplir con el objetivo de no descender y dejar al club en categoría Preferente un año mas.

Enhorabuena a todo el equipo por el esfuerzo.

Nos vamos de vacaciones de Semana Santa en un situación buena, para volver con las pilas cargadas.

A seguir compitiendo!!
 
 

 
 

martes, 24 de junio de 2014

Final de Temporada AT Chopera Alcobendas 04 - 2013-14

Pues ya hemos acabado una nueva Temporada, ya es la 4º del club, un club que creamos con 8 equipos y que ahora tenemos 23 y 400 jugadores.
Éste año he acabado muy contento de la Temporada realizada.

Con el Infantil A conseguimos quedar terceros en una categoría muy complicada como es la Preferente.
Con varios chicos de primer año, hemos realizado una Temporada espectacular, progresando mucho, y llegando muy bien al final.
Ganamos el Torneo del club y hicimos partidos muy buenos.
Ha sido uno de los mejores grupos que he entrenado, sin duda.

También participamos en el Torneo Internacional Costa Daurada Cup en Semana Santa, llegando a la fase final y perdiendo en Octavos de Final en los penaltis.
Temporadón del Infantil A, gracias por todo.

Con el Cadete A logramos un meritorio ascenso a categoría Preferente, tercer año consecutivo de ascenso, quedando segundos y muy cerquita de llevarnos la Liga.
Un par de tropiezos nos privaron de haber ganado una Liga que quizás nos merecimos, ya que fuimos el equipo que más tiempo estuvo como líder. Al final la ganó el Sanse, haciendo una segunda vuelta espectacular.
En el último partido, una victoria nos hubiese dado el campeonato, pero no pudo ser.
El objetivo al iniciarse la Temporada, era intentar mantener la categoría, ya que éramos un equipo recién ascendido, a medida que fuimos avanzando, vimos que íbamos a tener posibilidades de estar arriba.
A pesar de jugar contra todos los equipos A, EF Siete Picos Colmenar A ,UD Sanse A, Rayo Alcobendas A, CD Paracuellos A, Juventud Sanse A, CD Carranza A, UD Tres Cantos A ... un grupo completo de equipos A que nos complicaba aún más el poder luchar por un ascenso.
Pero lo logramos, más de 110 sesiones de entrenamiento tenían que tener su premio.
Uno de los mayores logros que ha tenido el club, es muy difícil ascender y más a una categoría tan fuerte como es la PREFERENTE CADETE.

Sólo me queda dar las gracias a todos los que han hecho posible que haya pasado una de las mejores temporadas como entrenador, gracias INFANTIL A, gracias CADETE A.


SIEMPRE AT CHOPERA ALCOBENDAS 04

martes, 25 de marzo de 2014

Resolucion de conflictos en un equipo de fútbol

El conflicto es parte natural de la vida cotidiana, y un comportamiento normal en equipos y organizaciones, jugando un papel importante en ellos las emociones y los sentimientos.
Posee tradicionalmente vínculos negativos y se percibe como violencia, odio e ira. Pero la resolución pacífica de conflictos puede significar un cambio de actitudes, dejando de percibir al rival como un enemigo, poniéndonos en su lugar, intentando comprender su punto de vista y buscando juntos una solución que satisfaga a ambas partes.
 
El liderazgo juega un papel vital en el manejo y resolución de conflictos entre los miembros de un equipo y de sus jugadores. El entrenador debe mantenerse informado e involucrado en los asuntos diarios del grupo a fin de comprender sus razones, para encontrar una solución. Debe saber identificar y tratar los conflictos de una manera dinámica, evitando conductas autoritarias donde los padres griten a sus hijos, recurriendo a la violencia física por una mala conducta o entrenadores autoritarios que traten mal a sus jugadores por alguna equivocación, donde se les increpe y humille.

Situaciones de conflicto

Los conflictos tienen diversas y complejas causas, las principales son los intereses y las necesidades percibidas como desconformes entre entrenadores, padres y niños. Sin embargo, hay que considerar que también es causa de conflicto la forma cómo se maneja y se hace uso del poder, lo que puede generar diversas situaciones de violencia.
Unas, las relacionadas a comportamientos o actitudes de directivos. Al tomar cualquier tipo de decisión que pueda considerarse parcial, excluir de la escuela a niños problemáticos, no atender las quejas de los padres de manera inmediata y justa o permitir el ingreso o la permanencia en el equipo de futbolistas violentos.

Otras, las relacionadas a comportamientos o actitudes de los entrenadores. Donde estos tengan actitudes y comportamientos discriminatorios contra los deportistas y padres, puedan ejercer maltrato hacia los niños, tengan preferencias por jugadores de mayor rendimiento deportivo, no promuevan la participación de todos jugadores en el campo, muestren tolerancia e indiferencia ante la agresión entre miembros del equipo o no cumplan sus funciones y responsabilidades en la institución.
Y por último, las relacionadas a comportamientos o actitudes de los padres. Cuando interfieren en el trabajo del educador en el entrenamiento o partido y expresan de forma negativa y sin dialogo sus opiniones sobre las actitudes del entrenador o del club.

El rol de los integrantes del equipo

El conflicto en un equipo de fútbol es un suceso natural de la convivencia diaria, por ser un espacio donde se interrelacionan personalidades, intereses, estilos y experiencias de vida muy diversas. El desafío está en que el conflicto se resuelva siempre y en todos los casos por sus integrantes (coordinadores y directivos, entrenadores y padres), conociendo y cumpliendo sus roles y considerando las motivaciones y necesidades de los deportistas.

Rol del entrenador

El entrenador es el elemento fundamental del proceso educativo, por su cercanía con deportistas y padres, el rol que cumple en la resolución de conflictos consiste en velar porque el fútbol se dirija de modo compatible con el respeto a la dignidad del niño respetando sus habilidades y diferencias. Acordando con los deportistas normas de convivencia en el terreno de juego que faciliten un ambiente agradable, tolerante y respetuoso, creando un clima favorable al buen entendimiento con entrenadores, directivos, compañeros y padres.

Rol de los padres

Los padres también cumplen un rol importante para afrontar satisfactoriamente situaciones de conflicto que se puedan presentar en el equipo. Conociendo y respetando las funciones y competencias de todos sus miembros, educando a sus hijos en la práctica de valores y respeto de las personas, aportando opiniones a la gestión deportiva del club en los lugares y momentos apropiados.

Rol de los futbolistas

El futbolista aprende no sólo en el campo sino básicamente en la vivencia cotidiana, siendo el centro y destinatario principal de la formación. Con el apoyo y orientación de los entrenadores va a cumplir un rol protagonista y de participación activa en la resolución de conflictos en el equipo. Practicando la tolerancia, la solidaridad, el diálogo y la convivencia con su compañeros, entrenadores. Contribuyendo a que el equipo se construya alrededor de diálogos, acuerdos, tolerancia y respeto, por el bienestar del grupo.

Negociación y diálogo

Para que la negociación sea posible, las personas o los grupos que están en conflicto deben mostrar voluntad para dialogar y escuchar, creer que es viable negociar, estar convencidos que están en condiciones de hacerlo, que el momento es oportuno, querer construir una solución que satisfaga a ambas partes, sin necesidad de la presencia de un tercero.
Para enseñar a negociar, la entidad deportiva debe establecer tutorías, un momento privilegiado para que el educador, entrenador o tutor, junto con sus deportistas, desarrollen sesiones que permitan reflexionar sobre los conflictos, identificando las diferentes maneras de actuar y sus consecuencias, aprendiendo a ponerse en el lugar del otro, para comprender su punto de vista. La Hora de Tutoría debe permitir que los deportistas se conozcan y se entrenen para la negociación y el diálogo.

Normas y Disciplina

El Reglamento de la institución deportiva debe contar con normas y disciplina, que orienten el comportamiento y las reacciones entre los miembros del equipo. Es importante que para la elaboración de estas normas tengamos en cuenta las características propias de cada institución, de cada equipo, su carácter formativo, la incorporación de valores, el desarrollo de las habilidades deportivas y su disciplina. Esta disciplina suele ser concebida, en muchas ocasiones, como un conjunto de normas que debemos cumplir a partir de acuerdos determinados por la dirección y que deben estar bajo su control y vigilancia para poder mantenerla.
Los entrenadores, debemos tener una intervención oportuna e inmediata ante la identificación de conductas antisociales, evitando que se conviertan en una práctica habitual, que perjudique el desarrollo personal del niño. Evitemos que las situaciones de indisciplina sean resueltas con suspensiones y expulsiones, perjudicando así el derecho al fútbol del practicante y aumentando la probabilidad de abandono deportivo y que este se involucre en conductas de riesgo, como la violencia infantil, el consumo de drogas o la delincuencia.

Evitar un conflicto es ganar la batalla

Los niños se enfadan cuando sienten que alguien ha herido sus sentimientos o no pueden llevar a cabo lo que desean, cuando no los entendemos o sienten que les hemos mentido y cuando se sienten solos. Cuando los niños se enfadan, sus corazones comienzan a latir rápidamente, tienen mucha energía acumulada y necesitan liberarla. Es bueno entonces hacerles entender que deben expresar sus sentimientos con palabras, que no deben pelear o decir cosas que pueden ofender a terceras personas, ya que esto sólo empeoraría la situación.
Los niños imitan la actitud de los mayores, por eso es importante que los entrenadores y padres, desde edades tempranas, influyan en sus jugadores e hijos para erradicar de nuestra relación con ellos los gritos y la violencia, enseñándoles que han de aprender por sí mismos a solucionar sus conflictos. Debemos hacerles saber que se necesita más valor y más coraje para alejarse de una pelea que para enfrentarse a ella y llegar a las manos. Evitar un conflicto es ganar la batalla.
Considerando cada situación problemática como una ocasión para aprender a gestionar mejor el grupo y como un ejercicio práctico en el que los jugadores aprendan a construir un clima de convivencia respetuoso y favorable para el equipo, es necesario encontrar un cierto equilibrio entre respetar al otro e imponer nuestro deber de entrenadores o padres. Debemos evaluar que peso dar a cada elemento: el carácter y temperamento del niño, su edad o la importancia del asunto en cuestión, teniendo esto en cuenta, posiblemente, el conflicto se resuelva o no exista.



Pedro Meseguer Díez @pmeseguer
Técnico Deportivo Superior. Grado Superior
Entrenador Nacional de Fútbol
La Soledad del Entrenador @SEntrenador

La informacion del entrenador al jugador

Con el paso del tiempo, el análisis del juego tiene más influencia en nuestra semana de trabajo, ya sea el análisis del equipo propio o el análisis del rival. Esa información que el entrenador obtiene, tiene que trasladársela al jugador de una forma u otra. Una información que no se divulga a quienes han de ejecutar las acciones es información desperdiciada por muy valiosa que sea.
 
La clave fundamental para que la información llegue de forma correcta al jugador es el momento y el cómo se transmite esa información, de forma que pueda aumentar su rendimiento durante el entrenamiento y en los partidos. 
Previo a definir nuestra estrategia de comunicación con el jugador, es importante conocer los siguientes tres puntos:
  • Un jugador aprende en función de lo que quiera a su entrenador. Los valores afectivos son importantísimos en el aprendizaje, por eso hemos de reforzarlo. Y más aún en edades tempranas. Un jugador que no tiene ningún vínculo afectivo con el entrenador jamás aprenderá.
  • Una persona optimista rinde más que una persona pesimista. Una persona que maneja pensamiento positivo aumenta su rendimiento casi en un 50% sobre el que no lo es. Además el optimismo se contagia al resto de compañeros. Por desgracia, el pesimismo también y en mayor proporción que el optimismo, así que mejor dejar de lado ese aspecto.
  • Una emoción negativa tiene una duración media de 112 minutos. Una positiva de 42. Será fundamental valorar al jugador y cómo le afectan las palabras que le transmitamos. Un estado anímico negativo le hará que ese jugador no rinda durante el entrenamiento o el partido.

Con estas claves, se plantea la siguiente estrategia de comunicación a los jugadores para transmitir la información del análisis del equipo propio.
Permite flexibilidad permita a lo largo del tiempo a la hora de mostrársela al jugador. El análisis colectivo, hay entrenadores que prefieren ponerlo a principios de la semana y otros al final de la misma. Unos buscan reforzar el trabajo de la semana desde el principio y otros buscan reforzar el trabajo que se ha realizado, de cara al próximo partido.
Los dos modelos refuerzan la actitud del jugador: el primero de cara al trabajo de la semana; el segundo de cara al partido.
Es importante focalizar solo elementos colectivos, y nunca señalar sobre todo de forma negativa a ningún jugador que intervenga, ya que puede provocar una reacción del jugador en el grupo que lleve a enfrentamientos con el entrenador. Esa información negativa es mejor traspasarla al análisis individual.
Por su parte, el análisis individual es más delicado. Si el análisis es positivo de cara al jugador, podremos mostrárselo previo a cualquier entrenamiento. Aumentará sus valores de positivismo y sus emociones positivas, aumentando el rendimiento.
Si por el contrario dicho análisis es negativo, es mejor mostrarlo tras el entrenamiento. Puede generar sobre el jugador emociones negativas y su influencia sobre el rendimiento puede ser nefasta. Mejor que se vaya con esa emoción negativa y venga al día siguiente con nuevas ideas y pensamientos.
Para transmitir la información, podremos emplear un lenguaje:
  • Asertivo. Respetas las opiniones del jugador, aunque el entrenador intenta mediante el diálogo imponer las suyas. Será interesante aplicarlo con jugadores que reconozcan sus errores y que tenga capacidad para razonar.
  • Inhibido. Denota falta de confianza en el entrenador, por lo que no es recomendable mostrar esta actitud al jugador.
  • Agresivo. Pretende imponer al jugador los objetivos o razonamientos que se desean sin dejar participar al jugador. A pesar de que no es un estilo que se deba utilizar con frecuencia por el desgaste que ocasiona en el jugador, ante situaciones de rechazo continuo por parte del este (respuestas repetitivas con “Es que…”) se pueden aplicar.
FUENTE: lalibretadelmister.com
 
 

miércoles, 12 de febrero de 2014

El discurso amable del vestuario

Descubres que la vida es un juego que se mide en centímetros. También lo es el fútbol. Porque en cada partido, en la vida o en el fútbol, el margen de error es tan estrecho. Quiero decir… medio paso demasiado tarde o muy pronto y no llegarás; medio segundo demasiado lento o muy rápido y no lo atraparás. Los centímetros que necesitamos están por todas partes. Están en cada descanso del partido, en cada minuto, en cada segundo. En este equipo luchamos por ese centímetro. En este equipo nos dejamos la piel y destrozamos a todo el mundo a nuestro alrededor por ese centímetro. Arañamos con nuestras uñas por ese centímetro. Porque sabemos que sumando todos esos centímetros vamos a marcar la diferencia entre GANAR o PERDER, entre VIVIR o MORIR. Eso es un equipo, caballeros. O bien nos rehacemos ahora, como un equipo, o nos desmoronamos como individuos. Eso es el fútbol, chicos.
Nada más. Decidme, ¿qué vais a hacer?

Discurso del entrenador -Al Pacino- antes del partido en la película “Un domingo cualquiera”
 
Un discurso de este tipo podría motivar a cualquiera, provocando un cambio en el jugador que lo transformaría. En el fútbol es muy importante la comunicación tanto dentro como fuera del campo, tanto por parte de los jugadores como de los entrenadores, ya que sirve, entre otras cosas, para analizar aspectos del juego realizado o que se van a realizar, antes, en el descanso o al finalizar la competición. Al comunicar cada persona da a conocer una forma de ser, una forma de pensar, una forma de estar. Transmitimos valores, conceptos y pensamientos. Y cada persona lo hace desde una posición única y diferente. Determinaremos las características del discurso del entrenador en el vestuario y su influencia en el comportamiento de los jugadores en el terreno de juego.


LA COMUNICACIÓN EFICAZ

A los entrenadores, cuando empiezan a ejercer, les crea importantes dudas que decir en los momentos del partido. Es uno de los secretos mejor guardados de los equipos, los coloquios y conversaciones que se tienen en el vestuario. Un equipo de fútbol sabe perfectamente lo importante que es el secreto de un vestuario, porque es con ese código fundamental que se puede preservar la necesaria intimidad de un grupo, tanto para los aspectos negativos y delicados, como para los positivos y celebratorios, que les pertenecen nada más que a los equipos y cuerpos técnicos. Las decisiones delicadas que se toman por parte de los integrantes de una plantilla deben quedar en el vestuario, lejos de curiosos, padres y micrófonos, porque eso de exponer las opiniones de los protagonistas implica riesgos que evitaremos con el silencio. Aunque debemos entender que también habrá cuestiones que los padres deban conocer, en esos momentos, es recomendable presentarles la situación y hablar de ella.
En el vestuario los comportamientos de los niños se modifican a través del discurso del entrenador, las instrucciones que este aporta a los jugadores en formación condicionan su aprendizaje y su manera de comportarse en el campo de juego. A partir del mensaje implícito que todo técnico expresa, cuidando las formas y respetando al rival. Un niño no nace dispuesto a escuchar lo que su educador le explica, debe aprenderlo. Muchos entrenadores intentan, sin éxito, adiestrar a su equipo repitiendo las mismas cosas, con un tono de voz más elevado cada vez, sin resultados eficaces por ello. Es mejor hablar en voz baja pero que con un contenido práctico. Según el público que tengamos así actuaremos, alteraremos métodos, acorde con la edad y madurez del niño.
¿Cómo se consigue una comunicación eficaz? Desde luego, no simplemente soltando el rollo de cualquier manera. Lo importante no es lo que el entrenador dice, sino aquello que los deportistas asimilan. Los niños tienen una capacidad limitada para recordar un conjunto de informaciones verbales. La comunicación corta y simple será comprendida y recordada infinitamente mejor que un largo discurso.

ATENDAMOS AL NIÑO

El entrenador puede actuar como psicólogo, buscando formulas para mejorar la comunicación grupal, tratando que sea cara a cara, sin mediadores, evitando interferencias, definiendo el cuándo (la ocasión), el dónde (sitio) y el cómo (la forma) de trasladar el mensaje según las características del niño. Su mensaje debe de ser sencillo, utilizando un lenguaje técnico y simple, para que el deportista lo entienda, pero también aprenda el significado de palabras propias del fútbol, sabiendo llamar a cada acción por su nombre. Si el futbolista siente que lo aceptamos tal como es, se sentirá feliz, facilitará el diálogo, compartirá sentimientos, nuestra comunicación será eficaz y la posible carga negativa que tenga desaparecerá. Si al joven le cuesta iniciar una conversación con el educador, a veces, la mejor manera de ayudarle es tenderle la mano, abrazarlo e iniciar nosotros la charla, más tarde esperaremos a que comience a hablar.

TODO EL EQUIPO PRESENTE

Asegúrate de que está todo el equipo presente antes de iniciar cualquier conversación, llamando a todos los jugadores por su nombre, y cuando estos estén atendiendo empezaremos a hablar. Ahorraremos repeticiones, tiempo y enfados. Cuidaremos que nuestro tono de voz esté acorde con la importancia del mensaje. Hablaremos al mismo nivel visual que los niños, inclinándonos o sentándonos junto a ellos, acercando distancias y diferencias entre nosotros. En este proceso de dialogo las palabras amables tendrán respuestas amables.
Si nos dirigimos al equipo ¨por favor¨ o ¨gracias¨ el niño copiará nuestra conducta, mejorará el comportamiento del futbolista y el del equipo. Debemos explicar al niño las consecuencias que producen sus acciones o actitudes en lugar de criticarle directamente. Aprendamos a decirles a los niños “qué hacer” en vez de decirles “qué no hacer.”
En el fútbol un equipo se motiva mediante psicólogos, charlas del cuerpo técnico o apoyo familiar, pero no debemos olvidar que, quizá, las mejores palabras de ánimo procedan de los propios jugadores. Esas palabras de aliento de un compañero encierran en sí toda la fuerza que un vestuario tiene, las horas de entrenamientos, sin el apoyo de los componentes del equipo las charlas técnicas del míster no valdrían para nada.

DIFERENTES MODELOS DE DISCURSO

Uno de los momentos más importantes en la preparación semanal es el de las charlas técnicas.
Hay diversas opiniones sobre el modo de enfocarlas: tiempo de exposición, si deben de hacerse en la concentración o en el vestuario, el día anterior al partido, el mismo día del partido por la mañana, o antes de saltar al terreno de juego. Algunos entrenadores prefieren que el sitio y el momento más adecuado sean cercanos al comienzo de cada partido ya que estas charlas han de ser un resumen de todo lo hablado y trabajado durante la semana. Otros entrenadores hacen charlas cortas, individuales durante la semana y una charla un poco más larga el último entrenamiento y el día del partido se limitarán a repasar las tareas tanto individuales como grupales. Resulta más productivo introducir explicaciones verbales en el trabajo semanal, que hacer charlas largas en momentos inmediatos al partido. Lo ideal cerca del partido son charlas breves para motivar, dar autoconfianza, reforzar el estado de ánimo.


ANTES DEL PARTIDO

Cada entrenador tiene su forma personal de llevar a cabo la charla que suele darse antes de los partidos de fútbol, indudablemente todas las tácticas que se empleen pueden ser buenas, no existe un único modelo que resuelva positivamente todas las acciones de un partido. Es importante tener en cuenta la edad de los niños y sus características, cómo hemos entrenado durante la semana, la importancia del partido y el rival. Determinaremos el momento más adecuado, al término de equiparse y ser atendidos por el fisioterapeuta en el caso de que dispongamos de él, estableciendo la duración de la charla, no más de 10 minutos, una duración mayor puede atiborrar excesivamente de contenidos a los jugadores y dispersar demasiado sus ideas.  Podemos utilizar frases que elogien el juego rival y que pongan la prudencia como máximo valor a la hora de afrontar el partido.
Dejémosle claro al equipo la organización de todas las acciones posibles durante el partido.
Saques de falta, córner, barreras, acciones defensivas y ofensivas. Evitemos que se produzcan situaciones en las que los niños preguntan al entrenador durante el encuentro, con la mano levantada, quien saca la falta, el córner o el penalti. Lo tiro yo, lo tiro yo… Dispondremos para estas funciones a tres o cuatro jugadores, debiendo ponerse de acuerdo entre ellos para realizarlas en el momento que se produzcan.


EL DESCANSO

La charla del entrenador durante el descanso debe ser una mezcla de consejos y correcciones, junto a una reflexión de lo realizado en el campo. Tendremos en cuenta que el tiempo disponible, menos de 15 minutos, tiene que ir dedicado al descanso de los jugadores, 3 o 4 minutos de silencio antes de hablar, ingesta de líquidos y revisión de molestias por parte del médico o fisioterapeuta. Pensemos cómo estamos haciendo lo que estamos haciendo y qué cosas podemos mejorar, imaginando también como transcurrirá la segunda parte. Estas indicaciones se basarán en jugadores determinados del equipo rival y en lo que buscamos con la incorporación de nuestros cambios en el equipo, corrigiéndolo o manteniéndolo, según consideremos si el juego del equipo es positivo o negativo.
Si el entrenador tiene un ayudante, entonces el orden de la charla, quien habla y quien anima debe estar coordinado. Es preferible dirigirse de manera privada a aquellos niños a los que sepamos que necesitan más apoyo en ese partido, corrigiéndolos positivamente, evitando frases negativas a jugadores sin éxito y excesos de triunfalismo, en caso de que el equipo tenga ventaja en el resultado. Elevar demasiado la voz o una bronca desmedida puede suponer perder al jugador para todo el encuentro.


DESPUÉS DEL PARTIDO

La actitud del entrenador tras un partido debiera ser parecida tanto en las derrotas como en las victorias, ni demasiado apenado cuando perdemos, ni demasiado eufórico cuando ganamos. En caso de victoria y buen juego, el entrenador debe destacar el valor del trabajo del equipo, dando la enhorabuena a sus componentes, insistiendo en la línea a seguir. Si el resultado y el juego han sido negativos, no debemos golpear al equipo con nuestro enfado, no es el momento, tras la derrota, el mejor momento para realizar cualquier crítica es durante el siguiente entrenamiento.


LA CHARLA AMABLE

Las palabras ¨Confianza¨ e ¨Importante¨ pueden hacer que un jugador se sienta identificado con su entrenador. Existen entrenadores que en vez de cogerte a nivel individual y hablarte, son más de dejar hacer. Otros, en cambio, son de explicar al jugador que tiene que jugar como sabe, que no debe esconder ninguna cualidad de las que tenga, que saque lo mejor que tiene, que juegue con libertad. Es básico que tu propio entrenador te diga que desarrolles tus cualidades para tener confianza y que el equipo mejore, te dé explicaciones de si no juegas por esto o por lo otro, aquí llegas, aquí no, te haga sentir bien.
El lugar donde el niño realiza deporte diariamente debe ser un espacio con alegría. Si logramos que el futbolista esté la mayor parte de su tiempo feliz jugando al futbol, podremos felicitaremos por ello. Después solo nos queda facilitar las oportunidades, el entrenador que las ofrezca posiblemente le salgan mejor las cosas. Un buen entrenador es el que te anima cuando lo haces bien, el que, en el vestuario, intenta transmitirle al equipo sus propias sensaciones para ponerlas en marcha, para hacerles ver a sus jugadores que intentarán ser mejores que los rivales, que lucharan por la victoria. Actuemos como actuemos y digamos lo que digamos, hagámoslo con cuidado porque posiblemente lo que haya ocurrido y vaya a ocurrir en el campo sea culpa nuestra. Intentemos protagonizar situaciones amables en la plantilla para que seamos bien acogidos desde el principio de temporada, evitemos el discurso áspero con los futbolistas. Seamos cercanos y humildes en nuestras alocuciones, exigiendo el máximo en el campo y en los entrenamientos a cambio de ofrecerles una vida lo más normal posible al niño.
Comunicar es cultura, y por eso, en el mundo del fútbol, donde a veces se dice demasiado, y en más ocasiones de las que se debiera se dice sin cuidar las formas y contenido, debemos cuidar el uso de nuestro lenguaje en un ámbito, del que si de algo ha adolecido en su historia es de grandes oradores y comunicadores. Al comunicar formamos opinión, transmitimos ideas, pensamientos y valores que influyen en quienes receptan el mensaje, los niños. Razón por la cual debemos ser cuidadosos, efectivos y claros en lo que transmitimos.

El vestuario, ese lugar donde se fragmentan relaciones a medida que los resultados se tuercen y donde la unión es lo que más caracteriza al grupo, es donde el técnico, básico en este tipo de situaciones, fomentará ese tipo de valores con sus decisiones. Estas estarán por encima de las de cualquier jugador. Somos amigos de los jugadores cuando aceptan lo que decimos. Si acatan nuestras decisiones nos sentimos satisfechos, pero puede que haya quien no las quiera aceptar, entonces debamos preguntarnos ¿por qué? Puede que sea porque no se lo hemos pedido amablemente.

Pedro Meseguer Díez @pmeseguer
Técnico Deportivo Superior de Fútbol. Entrenador Nacional
 
FUENTE: LA SOLEDADDELENTRENADOR

miércoles, 5 de febrero de 2014

Carta de Xavi Hernandez a Luis Aragones

“Usted no es japonés, usted me entiende lo que le digo”. Me dijo una noche. Le estoy viendo, en la habitación de un hotel y sé que le echaré de menos. Mucho. Porque yo a Luis Aragonés le quería mucho. Y con Luis hablé mucho.

Sabía que no estaba fino, pero nunca pensé que tenía algo tan grave, que se iba a ir tan pronto, tan rápido, de esta manera. “Estoy bien, estoy bien”, me decía cuando le preguntaba. Hablaba de vez en cuando con él, porque para mí siempre, desde el día que le conocí, fue un referente absoluto. Supongo que es el entrenador con el que más horas he pasado hablando de fútbol. Subía a la habitación y hablábamos horas, a veces del estilo “esa es la clave, Xavi, saber a qué queremos jugar”, siempre de la importancia de juntar a los buenos en el campo y también de lo importante que era no tener miedo a nadie, a ningún equipo, por mucho que corran más. “Usted y yo sabemos que la pelota corre más que ellos. Y que la tocamos mejor que ellos”, me dijo. De Luis tengo los mejores recuerdos de una charla, de un encuentro por los pasillos, de una aparición en el comedor, porque siempre te dejaba algo. Y siempre tenía razón, siempre.

Luis es fundamental en mi carrera y en la historia de La Roja. Sin él, nada hubiera sido lo mismo, imposible. Con él empezó todo

 Luis iba de cara; te miraba en el entrenamiento, se acercaba y te decía: “Usted está haciendo el jeta, ha venido a entrenarse y no le veo. ¡A mí no me gustan los jetas!”. Y se iba. Luis nunca engañaba, iba de cara. “Tú no juegas porque has dado pena esta semana”, “¿Estás cansado o qué?”, “Hoy has estado fantástico, esta semana lo vas a bordar”. “¿Se cree que yo me chupo el dedo, que soy gilipollas?” Así era Luis, cercano, de verdad.

El otro día recordé una anécdota de la primera vez que me convocó para la selección. No me había llamado a la primera convocatoria y en septiembre, nada más llegar, me estaba esperando. “¿Qué pensaba usted? ¿Que el hijo de puta del viejo no lo iba a traer, eh?”. Y yo, acojonado, le dije: “No, no, en ningún momento he pensado algo así, míster”. Y él, puro Luis, me dijo: “Sí, sí, sí, a mí me va a engañar. Venga, para arriba y ya hablaremos”. Y hablamos ese día y mil horas.

Luis es fundamental en mi carrera y en la historia de La Roja. Sin él, nada hubiera sido lo mismo, imposible. Con él empezó todo, porque nos juntó a los pequeños, Iniesta, Cazorla, Cesc, Silva, Villa… Con Luis hicimos la revolución, cambiamos la furia por el balón y le demostramos al mundo que se puede ganar jugando bien. Si no ganamos la Eurocopa no hubiéramos ganado el Mundial, claro que en ese sentido, fue fundamental la llegada de Del Bosque, otro fenómeno.
Con Luis hicimos la revolución, cambiamos la furia por el balón y le demostramos al mundo que se puede ganar jugando bien.

 A Luis le dieron mucha caña pero fue él quien marcó el camino, quien le dio a España el estilo que tiene hoy. En eso, siempre coincidimos. Fue Luis quien vio lo que había y apostó por bajitos. “Voy a poner a los buenos, porque son tan buenos que vamos a ganar la Eurocopa”. Y la ganamos. Fue inteligente y muy valiente.

En lo personal, Luis me hizo sentir importante cuando mi autoestima era un desastre. Me dio el mando de la selección cuando no lo tenía ni en el Barça. “Aquí manda usted”, me dijo, “y que me critiquen a mí”. Decidí devolverle la confianza en el campo. Si fui elegido el mejor jugador de la Eurocopa fue por él, aunque él siempre me lo negaba. Conmigo tuvo detalles inolvidables. A Alemania no llegué bien, pero me esperó. Venía a verme a Barcelona, preocupado por mi rodilla. Vino Paredes [preparador físico] a subir a La Mola mientras me recuperaba… Luis me llamaba cada dos por tres. “Apriete Xavi, no se duerma que le espero”.

La palabra fútbol en el diccionario tendría que llevar al lado la foto de Luis. Luis es el fútbol hecho hombre, el fútbol hecho persona.

Hasta siempre, mister. Y gracias por todo. Y que lo sepa: usted y yo nunca fuimos japoneses.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Los niños hacen lo que ven....


A continuación, os pongo un video que encontré por Internet, para que tanto padres como tutores y por supuesto entrenadores, nos demos cuenta la influencia que tenemos sobre los niños y lo importante es que mientras estén ellos delante, actuemos de manera distinta.

Como entrenadores tenemos mucha importancia en su educación y desarrollo y por lo tanto, es fundamental en las escuelas contar con buenos educadores.

Los entrenadores somos ejemplo, modelos a seguir por los niños, así que debemos cuidar mucho éste aspecto.






Saludos,


Javier Martín
Twitter: @javi_pitu